miércoles, 4 de mayo de 2011


- ¿De verdad que no le das importancia?


- No.

- No sé, era tu amigo suponía que le darías importancia por eso.

- Por una discusión una persona no deja de ser tu amigo. Para eso hace falta mucho tiempo, incluso más que para serlo, no es tan fácil deshacer que hacer. De todas formas, si, en ese momento lloré mucho, pero soy yo, lloro cada vez que me dicen algo que no me gusta escuchar o me pegan una voz y eso no significa que esté tan mal, es que me sale solo porque me muestro así... Pero no le doy importancia no por eso, sino porque hay miles de cosas más importantes y maravillosas que pensar para quedarte pensando en una puta discusión de un sábado a las 8 de la mañana. ¡Mira que cielo más bonito hay hoy!


No merece la pena no ser feliz... por lo menos cuando no tienes motivos para ello. Y nunca hay suficiente motivo para renunciar a ese derecho.

1 comentario:

latidos de corazón